sábado, 3 de marzo de 2012

EL COSTURERO DE LA REINA Y SU ENTORNO

El Costurero de la Reina, es un pequeño edificio de planta hexagonal con forma de castillo con torrecillas en las esquinas, situado al borde de los jardines del Palacio de San Telmo (antigua residencia de los Duques de Montpensier) de donde formaba parte en aquellos tiempos (su nombre original era Pabellón de San Telmo) y muy cerca del Parque de María Luisa y de la popularísima Plaza de España.


Es el primero de estilo neomudéjar que se levanta en la ciudad allá por el año 1893 siendo obra del arquitecto Juan Talavera y de la Vega (después vendrían los siguientes edificios emblemáticos que formaron parte de la Exposición Iberoamericana de 1929), fue mandado levantar por Antonio de Orleans, duque de Montpensier, que estaba casado con la Infanta María Luisa Fernanda de Borbón (hermana de la Reina Isabel II). Influenciado por la arquitectura orientalista que en esos momentos era lo que se llevaba en Inglaterra, decidió tenerlo a su alcance.

Desde 1971 hasta 2003 ha sido Oficina de Información Turística del Ayuntamiento de Sevilla. Se acometió una importante restauración y rehabilitación finalizándose en 2007, aprovechando las obras, se han recuperado los jardines que forman parte del recinto así como se ha renovado su iluminación.

El edificio se habilitó como Centro Temático de 1929, con salas expositivas, mirador hacia el río y Parque de Mª Luisa, se rescataría el jardín como área de sombra y agua, donde existen bancos y paneles expositivos de las dos expos de Sevilla la del 1929 y la del 1992.


Entre sus leyendas se cuenta que la reina María de las Mercedes, debido a su delicada salud pasaba largos ratos en sus aposentos tomando el sol mientras cosía con sus damas (si las fechas no son erróneas, resultaría prácticamente imposible puesto que esta reina falleció en 1878).

Otra leyenda más aceptable es que el edificio era el pabellón del Guarda Mayor de los jardines del Palacio de San Telmo.



La Exposición Iberoamericana de 1929
Exposición Iberoamericana de Sevilla (año 1929), inaugurada el 9 de mayo de 1929 y clausurada el 21 de junio de 1930, ha sido uno de los hechos más importantes de principios del siglo XX para la ciudad de Sevilla.

La idea de la exposición iberoamericana nace a raíz de la celebración de la fiesta de “España en Sevilla” en 1908, conmemorativa del centenario de la Guerra de la Independencia. Los aires regeneracionistas de la sociedad española de la época, unido a la perdida de las ultimas colonias años antes, impulsa la necesidad de estrechar lazos con América Latina. Las primeras noticias serias nos llegan en 1912 de la mano de la Comisión Iniciadora de Rodríguez Caso. En este momento el Alcalde, Antonio Halcón realiza los preparativos para la visita de sus majestades los Reyes a Sevilla, visita que la ciudadanía aprovecha para manifestar su intención de celebrar la exposición.

En 1914, el Conde de Urbina toma las riendas del Consistorio hispalense así como la vicepresidencia del Comité Ejecutivo. El proceso se dilata en el tiempo hasta que en 1925, se acuerda el nombre de “Exposición Iberoamericana”. Estos últimos años, son años de entradas y salidas en el proyecto, la dictadura de Primo de Rivera, da el apoyó estatal que necesitaba la muestra, por otro lado, Aníbal González dimite en 1925, además le acompañan otro gran número de cesiones y dimisiones.
 
La transformaciones urbanísticas durante el siglo XIX, se habían limitado al derribo de la muralla y a la apertura de algunos espacios urbanos como la plaza nueva. Sin embargo los planes de ensanche no llegaban y los que llegaban se limitaban a una redistribución de la ciudad intramuros, de dudosa factura. Las 300 Ha de la ciudad intramuros carecían de alcantarillado o adoquinado, situación que provocó la desconfianza de muchos arquitectos españoles sobre la posibilidad de la ciudad de abordar un proyecto como este.

Uno de los proyectos más ambicioso se refirió a los parques y jardines, entre 1910 y 1925 se reformaron los siguientes jardines y plaza publicas:

Parque de María Luisa, 1911, Jardines de la Eslava, 1923 (Jardines del Cristina), Jardines de Murillo y Paseo Catalina de Ribera, 1915, Plaza de Santa Cruz, Plaza de Doña Elvira, 1922, Plaza del Museo y Plaza Nueva.

El Parque de María Luisa, donado en 1893 por la infanta María Luisa de Borbón y que fue reformado por el ingeniero francés Jean-Claude Nicolás Forestier, conservador del bosque de Boulogne en París, que le dio un toque romántico, inspirado en los jardines del Generalife, La Alhambra y los Reales Alcázares de Sevilla. En el parque se abrieron las plazas de España y de América.

El Prado San Sebastián, donde se levantó el Pabellón de Portugal. Los jardines de San Telmo, donde se ubicó el Pabellón de Sevilla, formado por el Teatro Lope de Vega y el Casino de la Exposición, el Paseo de las Delicias y el Sector Sur.

Aníbal González, nombrado arquitecto director de la exposición, se ocupó en gran parte de la urbanización de los 1.343.200 m² que ocupó la exposición. En 1928 dimite Aníbal González y es nombrado arquitecto Vicente Traver.

Los principales legados arquitectónicos de la Exposición fueron el conjunto de pabellones en torno a la Plaza de América, que se elaboró en 1913, obra original de Aníbal González y que agrupaba y ordenaba tres edificios en el entorno del Parque María Luisa, formados por: el denominado Pabellón Mudéjar actualmente Museo de Artes y costumbres populares, el Pabellón de las Bellas Artes, actualmente Museo Arqueológico y el Pabellón Real.
 
En 1914, también Aníbal González, elabora el proyecto más ambicioso de toda la exposición, constituido por la Plaza de España, que comprendía el gran palacio y la plaza que lo rodea, su ejecución se prolongó hasta 1928, siendo inaugurada en 1929.

Los participantes más destacados de la Exposición fueron: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Marruecos, México, Perú, Portugal, Uruguay, las regiones españolas y las provincias andaluzas, incluida Huelva que al principio no estaba de acuerdo con que fuera Sevilla la sede de la cita.

De los edificios planeados, que fueron en total 22 dentro del recinto, Hotel Alfonso XIII, 8 pabellones oficiales, 12 regionales españoles, 7 provinciales (andaluces), uno municipal, 13 de estados extranjeros y 47 comerciales, sólo sobreviven varias decenas a principios del siglo XXI.


Perímetro
Avda. de la Borbolla, Avda. Carlos V, Plaza Juan de Austria, Calle San Fernando, Avda. de Roma, Paseo de las Delicias, Glorieta de Marineros Voluntarios, Avda. de Molini, Glorieta de México, Avda. de Eritaña, Glorieta de San Diego.


Ruta Norte
Pabellón de Estados Unidos
De estilo Californiano en su versión culturista, se hicieron 3 edificios con una superficie construida de 7500 m2, entre ellos un cinematógrafo. Actualmente solo queda en pie el edificio Principal.

En su interior había una gran biblioteca con libros sobre la historia de EE.UU. y un mapa donde aparecían las rutas de los conquistadores españoles por el sur, así como una muestra de obras del National Museum of Fine Arts, del Smithsonian Institute y de los Departamentos de Estado, Hacienda, etc.

El cinematógrafo tenia capacidad para 350 personas y entre las películas había un viaje del presidente Hoover a Latinoamérica. El tercer edificio era un centro musical con altavoces Víctor Talking Machine que se escuchaban a gran distancia.

Además en la exhibición se instalaron diversas maquetas como una del Cañón del Colorado. Como curiosidad se instaló un sistema que mediante un rayo de luz permitía contar el número de visitantes que pasaba por debajo de la puerta de entrada del Pabellón.

El Edificio fue reconvertido en teatro para posteriormente convertirse en Consulado de EE.UU. y en 2004 sede de la Colección Madariaga de Arte Contemporáneo. Su autor fue William Templeton Johnson un afamado arquitecto nacido en San Diego en 1877.


Pabellón de Uruguay
El 11 de mayo de 1927 se aprueba por el Congreso de los Diputados la concurrencia del país americano a la Exposición, con una dotación inicial de 80.000 pesos-oro, que luego se aumentaría hasta 100.000, al objeto de hacer permanente la construcción del edificio y poder ser utilizada en el futuro como consulado y biblioteca, denominándose ésta "América de Uruguay".

Mauricio Cravotto construyó entre los años 1927 y 1929, de estilo modernista salvo por su interesante fachada neobarroca y guarda un gran parecido con el palacio nacional de Montevideo. El edificio, de tres crujías, e inspirado en la arquitectura colonial española, tiene un perfil triangular y un salón central.

Los productos y datos expuestos, eran muy diverso, como exhibición de gráficos, datos económicos. muestrarios, maquetas, etc. Había salas dedicadas a la ganadería y a la comercialización de la carne congelada y en conserva. Sección de frigoríficos mostrando mediante cristales las reses congeladas y proyección de una película sobre el proceso de preparación.

Las instituciones publicas que colaboraron fueron los Ministerios de Obras Públicas, e Industria, las direcciones de Agronomía, Inmigración, Inspección de Colonias, de Estadísticas, Enseñanza Industrial; las Escuelas de Veterinaria y Odontología, etc. El sector privado expuso carnes y conservas, cueros, calzados, vinos y licores, madera y parquets, tejidos, productos químicos y farmacéuticos, etc. La semana en honor de Uruguay se celebró del 15 al 21 de Octubre de 1929. Este edificio, representativo de la República del Plata, que quiso recrear una arquitectura nacionalista, partiendo de las influencias recibidas de España e Italia, es actualmente sede del Consejo de Estudiantes del Distrito Universitario de Sevilla.


Pabellón de Chile
El pabellón de Chile, fue uno de los pocos ejemplos vanguardistas de la obra. Mientras el resto de pabellones se basaban en el regionalismo o el indigenismo, el pabellón de Chile nació con un único propósito, representa las elevaciones de los Andes y la llanura costera chilena. Esto se consiguió mediante un juego de volúmenes que acababan en una torre. Su autor fue Juan Martínez Gutiérrez.

Ya en el interior se mezclan los volúmenes curvos con las rectas, formando múltiples arcos y bóvedas.

Este pabellón no estuvo concluido hasta mediados de Agosto de 1929, contaba con una amplia exposición tanto privada como publica.

La superficie total del pabellón es de 2.687, 5 m2 y se asienta sobre una parcela de 5.699 m2, el coste final de la obra por metro cuadrado osciló entre 250 y 300 pesetas. Se trata del pabellón de la exposición mas extenso en superficie, consta de tres plantas de altura, en buena parte de la totalidad del edificio y la torre de 50 metros de altura.

Único pabellón de estilo moderno dentro de los pabellones internacionales, su estilo Art Decó está presente en todo el pabellón desde su forja, hasta su espléndida torre. Los escalonamientos son constantes en su torre en los marcos de las ventanas, etc.

El Día de la Hispanidad de 1935, el gobierno andino cede al español el edificio y terrenos anejos, para la instalación en ellos de una Escuela de Oficios y Artes Aplicadas, escriturándose y valorándose en 1.640.375 pts. El pabellón fue durante la guerra hospital, pasando posteriormente al uso previsto, funcionando como tal hasta la actualidad, compartido la legación consular.


Pabellón de Perú
Es un extraño experimento "neoindigenista", su autor Manuel Piqueras Cotolí introduce elementos colonialistas españoles como las balconeras inspiradas en el Palacio Torre Tagle del Marques de Torre Tagle, afín a Felipe V, y que contiene reminiscencias mudéjares. Por otro lado la portada se inspira en la Escuela de Bellas Artes de Lima, mezclando elementos andaluces como el ladrillo visto con decoración peruana, normalmente en piedra.

El Neoindigenismo no se queda solo en las afueras del Pabellón, sino que también pasa al interior, esta patente en los mosaicos con motivos indígenas del suelo, en el patio con múltiples figuras, o en las estatuas de indígenas que se encuentran en la escalera. El edificio incluye múltiples elementos de arquitectura Sevillana, como son los miradores o las halconeras, estas disimulándose en las esquinas en forma de torre vigía de un fuerte colonial.

La exposición fue totalmente de carácter publico, el sector privado no expuso. Se exponían obras de arte moderno con los artistas mas punteros del país, además se presentaron expositores de Obras Publicas y muchos productos para la exportación.

Hasta finales de los años sesenta, del pasado siglo, fue utilizado como sede oficial del organismo director de la Feria de Muestras Iberoamericana, siendo utilizado como pabellón expositor. En la década de los ochenta del mencionado siglo, se realizaron trabajos de restauración para ser sede de la Estación Biológica de Doñana, produciéndose como hecho mas destacable el cerramiento del hueco del patio, protegiendo de esa manera de las inclemencias meteorológica los elementos decorativos. En la actualidad el edificio es sede de la Casa de la Ciencia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y compartido por el Consulado del Perú́ en Sevilla, ocupando la representación diplomática la facha trasera del edificio.


Teatro Lope de Vega y Casino de la Exposición
El proyecto fue encargado al joven arquitecto Vicente Traver y Tomás y la decoración fue obra de los artistas Martínez del Cid y Zaragoza. El 13 de Enero de 1927 salió a subasta por algo más de 1.200.000 ptas. Las obras se hicieron en el plazo record de dos años y se instaló un moderno generador eléctrico automático.

El edificio ocupó 4.600 metros construido, podía acoger a 1.100 espectadores. Para todo el conjunto, Traver utilizó elementos de la arquitectura barroca. El salón circular del Casino y el pórtico columnario con que se abre, se inspiraban en Bernini, sin duda espoleado por el carácter monumental que Aníbal González había sabido imprimir a la contigua Plaza de España, que también se acabó en aquellos.

El Sábado de Gloria de 1929 la Compañía de Catalina Bárcena, fue la primera en pisar el nuevo escenario con la obra de Gregorio Martínez Sierra. Durante la Exposición en el Teatro se representaron toda clase de espectáculos. El 28 de Octubre recibirá la visita de los Reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, para asistir a la representación de la zarzuela ¿El huésped del Sevillano?

Al acabar la Exposición Iberoamericana, la vida del Teatro de La Exposición pasó por grandes altibajos. En 1936 cambia de nombre y se convierte en el Teatro Municipal Lope de Vega en un mal momento. En 1985 se realiza una profunda e imprescindible reforma que dirige el arquitecto Víctor Pérez Escolano, durante dos años devolvieron al edificio sus características originales, aunque se limitó el número de espectadores a 749.

El 21 de Febrero de 1988 se reinauguró el Teatro Municipal Lope de Vega con un concierto de la Orquesta Filarmónica de Londres. A partir de esta etapa, se convirtió en una pieza fundamental en la actividad cultural de la ciudad. Cada temporada se programan más de 180 representaciones y supera todos los años los 100.000 espectadores.


Palacio de San Telmo
Es la actual sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía se construyó en los siglos XVII y XVIII en estilo barroco, como escuela para formar a los marineros. La portada es uno de los más bellos ejemplos de arte churrigueresco. Ejecutada en piedra caliza de color blanco está formada por tres cuerpos.

El inferior se compone de columnas toscanas, con fustes ornamentados sobre los que se sustenta el balcón balaustrado que conforma el segundo cuerpo, caracterizado por las representaciones escultóricas relacionadas con temas náuticos. Finalmente en el ático aparece la figura de San Telmo, patrón de los navegantes, flanqueada por representaciones de San Fernando y San Hermenegildo.

El conjunto es de planta rectangular y dos alturas, con torres esquineras a modo de pabellones, claustro central y capilla. Del interior destacan la escalera imperial, un amplio patio de planta cuadrada, un salón de columnas decorado con pinturas del Rafael Tegeo y la iglesia, de una sola nave con cúpula y una abundante decoración barroca caracterizada por las pinturas murales de Domingo Martínez.

Al convertirse en residencia de los Duques de Montpensier este Palacio fue objeto de una importante reforma a la que se le debe la construcción de la facha septentrional, dedicada a una serie de sevillanos ilustres nativos o de adopción representados en esculturas de tamaño natural, obra del romántico Antonio Susillo.

Conjunto monumental del Palacio de San Telmo: Juan Martínez Montañés (Escultor), Rodrigo Ponce de León (Marqués de Cádiz y Capitán General de la Reconquista de Granada), Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Pintor), Miguel Mañara (Caballero , Filántropo fundador del hospital de a Santa Caridad), Lope de Rueda (Dramaturgo), Fernando de Herrera (Poeta), Luis Daoiz (Militar), Benito Arias Montano (Humanista), Bartolomé Esteban Murillo (Pintor), Fernando Afán de Rivera (Duque de Alcalá humanista), Fray Bartolomé de las Casas (Obispo de Chiapas México, y Protector de los Indios).



Ruta Sur
Glorieta de Marineros Voluntarios
En el año 1963, el Ayuntamiento de Sevilla, convoco un concurso publico para erigir un monumento a Juan Sebastián el cano, y conmemorar así el hecho de que, el 10 de agosto de 1519, 250 hombres zarparan de Sevilla a bordo de cinco barcos: La Trinidad, la San Antonio, La Concepción, La Santiago y La Victoria, capitaneados por Fernando de Magallanes, y tras realizar la gran epopeya de dar la vuelta al mundo, regresaron a Sevilla el 8 de septiembre de 1522, con tan solo 18 hombres, un solo barco, la Nao Victoria, y capitaneados por Juan Sebastián Elcano, debido a la muerte de Magallanes en enfrentamiento con los indígenas en filipinas.

Fue elegido el proyecto de Antonio Cano, y hasta 1969 no se aprobó el presupuesto, eligiéndose como emplazamiento, la Glorieta de los Marineros Voluntarios, situada en la Avenida de la Palmera, frente al Puente de los Remedios.

La figura en bronce de Juan Sebastián Elcano, paramento en piedra de forma semicircular situado detrás de la figura. Columna de 12 m. de altura y 2 m. de diámetro, tallada en su tercera parte por relieves, donde se describe la historia del viaje.

Estos elementos están situados en un rectángulo de agua con surtidores, que forman un fondo movido y decorativo, y que complementan la composición del conjunto del monumento se completa con la vegetación existente alrededor del rectángulo de agua, y con el fondo exuberante y majestuoso que le proporciona el Parque de María Luisa.

La figura en bronce de Juan Sebastián Elcano tiene una cabeza muy expresiva, pero pequeña, para dar mas grandiosidad a la figura, de constitución fuerte, lleva en su mano derecha los planos o carta de navegación, y alza su brazo  izquierdo en señal de saludo, la capa cae hacia atrás desde los hombros, y esta modelada en grandes pliegues sueltos, movidos por  el viento, dando sensación de avance de la figura, el torso esta modelado con soltura y destreza y con volúmenes amplios, cuyas formas se adivinan debajo  del plegado de sus ropajes.

El primer tambor empezando por la base, relata la partida de los navegantes, en su parte central, destacamos tres figuras relacionadas, un fraile, junto a un navegante que porta una cruz, y un marinero vuelto de espaldas con un brazo en alto a modo de despedida, y con la otra sostiene un rollo de cuerda, en este marinero el autor ha retratado a su hijo Miguel Ángel.


Pabellón de Guatemala
El pequeño pabellón de Guatemala, fue concebido por el genial arquitecto sevillano José Granados de la Vega, también joven arquitecto en tiempos de la Exposición. El pequeño pabellón de apenas 300 m2 fue concebido como un espacio diáfano, en dos plantas, un sótano y una planta principal.

El pabellón abusaba de las formas rectangulares, todo, ventanas, planta, e incluso cartelas seguían las formas cuadrangulares, quizás por que el espacio mandaba y el arquitecto debía repartir lo mejor posible el espacio y la luz. El edificio recuerda a técnicas procedentes de la arquitectura alemana. El toque regionalista se da a través de unos azulejos con motivos indigenistas de la fabrica de Ramos Rejano.

El 1931 fue cedido el edificio por parte del Gobierno guatemalteco, aceptándolo el Ayuntamiento Hispalense el 10 de agosto del mismo año, transformándolo en biblioteca infantil.

Pasado unos años quedó cerrado y abandonado. El 29 de septiembre de 1953 el Director del Instituto Murillo, ubicado en el cercano Pabellón de Argentina lo solicitó para instalar una escuela preparatoria, utilizándose para este fin hasta 1963, fecha en la que la Comisión Permanente decide su demolición, cosa que no se produce, por lo que ocho años mas tarde nuevamente el Director de Instituto lo solicita para utilizarlo como gimnasio. Después de las reformas efectuadas hace unos años, actualmente depende de la Escuela Superior de Danza.


Pabellón de Argentina
En 1925, Marcelo de Alvear encarga la construcción del pabellón a Martín Noel. Adosó los volúmenes a lo largo de 100 metros de frente sobre el Paseo de las Delicias. Todo giraba entorno a un claustro, donde se vuelca la entrada principal y las salas de la planta primera y baja donde se exponía la temática sobre industria, agricultura, artes, literatura.

A ambos lados dos volúmenes simétricos en su disposición en planta, pero con funciones y volumetrías diversas: un pabellón octogonal destinado a exposición y industrial y un pabellón cupulado donde había un teatro con capacidad para 400 personas. En este ultimo aclara Noel reproducía los corrales del Siglo de Oro Español.

En cuanto a la volumetría del pabellón vemos como rompe los cánones de la simetría, levantándose, torres y cúpula, sin ninguna relación aparente. La libre expresión de volúmenes, según Noel, tiene relación con la arquitectura mudéjar, romántica y modelos americanos. Noel señala como importante la volumetría de la arquitectura pampeana, valorándolos por su sencillez y peculiaridad. A lo largo del pabellón se reparten motivos ornamentales alto peruano del siglo XVII y XVIII.

En la portada principal encontramos un Escudo Nacional, emblema de la Argentina ilustrada, civilizada y decimonónica. Alrededor del escudo observamos motivos decorativos derivados de la flora indígena.

La superficie del Pabellón es de 4.500 metros cuadrados. En su interior caber destacar además del claustro, la escalera bifurcada. Noel proyecto una torre de cinco plantas hacia el margen del Guadalquivir, la torre esta inspirada en la arquitectura de Arequipa, instalando en esta zona el grill-room donde se expendía carne argentina. Los vanos ovalados y el balcón barroco decoran la torre, que finaliza en una cúpula, hoy modificada, donde se combinan colores blancos con azules. Su precio fue de 1.500.000 pesetas y su construcción se llevo a cabo entre 1926 y 1928.

Después de cuarenta años de uso como centro docente, las transformaciones internas sufridas son innumerables, alterando considerablemente su primitiva composición. Desde 1994, es sede de la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza, después de una profunda actuación en el edificio.


Jardines de las Delicias
Ubicado junto al Parque de María Luisa, es conocido popularmente entre los sevillanos como Jardines de las Delicias y fue el primer espacio que se intentó aprovechar como espacio verde y jardines en el siglo XVIII, al tiempo que expandía la ciudad.

No sería hasta el año 1825 cuando se produciría el cambio más importante en el parque, añadiendo el toque romántico que pervive aún con el paso del tiempo. También se acondicionó con unos riegos muy novedosos para la época al tratarse de una máquina de vapor bombeando agua.  En 1864 se incorporaron algunas obras escultóricas provenientes del Palacio Arzobispal de Umbrete tras el incendio sufrido en 1762, se trataban de obras de arte de estilo rococó italiano, clasicista y temática pagana, fueron colocadas sobre pedestales de estilo rococó. Próximos al año 1929 se acuerda remodelarlo para incorporarlo a la Exposición Iberoamericana que se celebraría en la ciudad. En el año 2004 fue declarado Bien de Interés Cultural dentro de la categoría Jardín Histórico.


Pabellón de Colombia
El pabellón de Colombia es una gran muestra de arquitectura indigenista. Rematada por decenas de esculturas y frisos del escultor colombiano Rómulo Rezo.

El Pabellón situado en la avenida de la Palmera fue inaugurado el 26 de Septiembre de 1929 y no tenia representación de Particulares.

Sobre el edificio por demos decir que esta inspirado en la arquitectura religiosa colombiana. Ornamentación copiada de la decoración Chibcha y Quimbaya hecha por el escultor Rómulo Rozo como hemos dicho anteriormente.

Además Colombia planteo dos Pabellones mas, el de Café de Granados también y el de Tabaco, del que no se tiene certeza si se llego a construir, a día de hoy ninguno de estos dos pabellones han llegado a nuestros días.

Su arquitecto fue José Granados de la Vega, arquitecto sevillano y autor de la desaparecida Fuente de los Conquistadores. Actualmente es Consulado de Colombia en Sevilla.


Pabellón de Marruecos
Fue promovido por el Estado junto al de Guinea para dar a conocer los territorios coloniales. Parece ser que el gobierno de la época usa las colonias para reavivar el espíritu nacional, y la exposición iberoamericana se considera el lugar perfecto, esto hace que Sevilla, sea elegida frente a Barcelona para contar con pabellones coloniales. Se trata de un pabellón bello pero simple a la vez, de estilo ecléctico, recordando a las mezquitas del país africano.

En él participan José Gutiérrez Lescura, director de la escuela de bellas artes de Tetuán y el Pintor Mariano Bertuchi, así nos lo recuerdan ambas cerámicas en la puerta del pabellón. Destaca su minarete, su cúpula y su puerta, que da a un elaborado patio interior. Domina el blanco, aportando cromatismo los diversos azulejos árabes.

El pabellón se diseño con anterioridad a la exposición y su arquitectos lo hicieron sin pensar que se fuera a reutilizar. Según contaban sus arquitectos, diseñaron este pabellón como un divertimento, realizado un anteproyecto de pabellón para lo que sería la Exposición Iberoamericana.

Alrededor del patio de 12 metros cuadrados se ordena la exposición. El Salón Moro era la recreación del salón de una sala de una casa noble marroquí; en la Sala de Colonización se exponían datos sobre agricultura y minería; por ultimo, en la Sala de Arte, donde se exponían obras de los artistas de la colonia. Junto al pabellón se situó el parque comercial marroquí, con alcaicería y un bazar con café.

En los Jardines de Las Delicias, tiene unos 2.000 metros cuadrados y alberga las oficinas del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento.


Pabellón de Brasil
El Pabellón del Brasil, como la mayoría de los construidos para la Exposición, quería ser exponente, tanto por su arquitectura como por los contenidos, de las características propias del país al que representa.

Proyectado por Pedro Paulo Bernardes Vastos, éste diseña un edificio inspirado en lo mas significativo de las arquitectura brasileña como es el barroco brasileño.

El pabellón ocupa una superficie de 2.500 m2 y consta de un edificio de forma cuadrada, con patio interior central; la nave correspondiente a la fachada principal es de dos plantas y sótano, siendo solo de una planta y sótano las otras tres naves que circundan el patio. Su inauguración se produjo el 26 de mayo de 1929 por S.M. D. Alfonso XII en un solemne acto.

Primero se utilizó como Cuartel de Sanidad, mas tarde como Cuartel de Falange, posteriormente como Escuela de Arquitectura y otras veces como refugio.

En definitiva se convierte en un edificio polivalente, llegando hasta no hace muchos años como Cuartel de la Policía Local, sede de la Delegación de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla. Y recientemente tras una nueva actuación, como sede del Vicerrectorado de la Universidad de Sevilla.



Pabellón de México
Sobre una parcela de 5.445 m2, en el extremo sur del Parque de María Luisa, lindando al norte con el vecino Pabellón del Brasil y al sur con la Avda. de Eritaña, originándose en su cruce con la Avda. de la Palmera, la Glorieta de Méjico.

El arquitecto Amabilis Domínguez, era un arquitecto Neocolonialista, que trabajo sobre todo en la península del Yucatán. El planteamiento fue muy similar al Pabellón de Perú y Colombia, ambos exaltando el indigenismo a través de figuras y pinturas. El pabellón tiene una planta en forma de X y esta inspirado en los templos del grupo Sayil de la cultura maya-tolteca de Yucatán. El Pabellón giraba entorno a gran vestíbulo central de donde partían los brazos de la X donde se encontraban los expositores. 

Durante la Exposición, el Pabellón se dispuso en forma de X, a través de un portal se entraba a cada brazo, los portales estaban adornados con dibujos y estrofas dedicados a España. En el se proyectaba una película sobre su economía y sus monumentos arqueológicos y que había numerosas maquetas de monumentos precolombinos, realizadas por el Museo Nacional.

Tenía dos salones dedicados a Bellas Artes y a Industrias en los Sótanos. Con motivo de la exposición se publicaron varios libros entre ellos el autor del Pabellón y de los que hoy hay ejemplares disponibles en las Bibliotecas de Arquitectura, Gª e Hª y Fondo Antiguo de la Universidad de Sevilla. El Pabellón de México alberga la sede del Centro de Formación Permanente y los Secretariados de Doctorado y Master Universitario Oficial. Propiedad del Ayuntamiento, fue cedido a la Universidad de Sevilla para uso universitario en 1995 y tras una escrupulosa e impecable restauración, se inauguró oficialmente tres años más tarde.



La Casa Rosa
Construida hacia mediados del Siglo XIX, siguiendo los gustos que se seguían en Paris en aquella época, por lo que queda alejada del eclecticismo, rodeada por jardines franceses. Este chalet construido por Juan Cruz, sastre de los Montpensier en 1880, siguiendo cánones franceses.

La casa posee elementos típicamente franceses de la época como un Chapitel-Mirador con una escalera de caracol en forja, parasol al estilo Art Nouveau o elementos comunes como la forma abuhardillada de la ultima planta o su jardín-botánico de estilo romántico. La infrautilización de este edificio, lo que podría ser un coqueto museo con un jardín excepcional, se encuentra ocupado por escritorios y radiocasetes portátiles. Esta casa se merece que los sevillanos y foráneos podamos disfrutar de este edificio y de sus jardines.


Hotel de Eritaña
La esquina suavemente redondeadas de su chaflán abierto hacia el cruce de Avenida Eritaña con Borbolla, no era algo nuevo en la producción de Lupiañez, ya que podemos verlo en el Mercado de la Puerta de la Carne de 1926 y con posterioridad en el "Cabo Persianas".

Este esquema de líneas rectas combinadas con curvas denotan una fuerte influencia de las tendencias expresionistas europeas en sus inicios. Sin embargo en el Hotel Eritaña también podemos afirmar que observamos cierto clasicismo en su planta baja, su galería de arcos de medio punto, la utilización de rejas sevillanas combinadas con otras de estilo "decó".

Su fachada limpia, sin ornamento, más que pilastras y bandas que dan juego a la fachada, dividiendo en un cuerpo central apilastrado y dos laterales en su ancho y una banda que recorre todo el edificio separando la ultima planta del resto, dando sensación de ático cuando tan sólo corresponde a un juego óptico por que sin estas bandas, la fachada seria una repetición continua de ventanas rectangulares. Esto que en un principio no puede parecer importante sirve al arquitecto para romper con la monotonía de esta repetición en su diseño. Sobre el Hotel, no se llegó a inaugurar. Según los planes que manejaba la organización el Eritaña estaría por encima del América Palace, a la altura del Cristina y por debajo del Alfonso XIII. Contaría con 168 habitaciones de primera y 270 de segunda categoría.

El Hotel Eritaña Palace no recibió a diferencia de otros hoteles, ninguna subvención municipal. Su nombre se debe a que se asentaba sobre terrenos de la pintoresca venta Eritaña, de la que ya no queda nada. No fue el único Hotel construido por Lupiañez, también construyó junto a Aurelio Gómez Millán una Hospedería en la Calle Azofaifo, que aun se conserva. El Hotel estaba pensado para reconvertirse en Edificio de Viviendas una vez pasada la Exposición. En una entrevista que se realiza en la revista Estampa en 1933 habla uno de los directores de los hoteles que quedaran tras la Exposición. Nos cuenta que los Jardines del Eritaña son "tendederos de ropa" además de ser refugio de indigentes y estaba prácticamente destruido su interior, robaron las tuberías, los grifos y hasta los baños, lo que al estado "le costo 500 pesetas lo estaban vendiendo a 11 pesetas" añade. En 1933 pensando en que su gestión fuera más acertada se cedió a la Guardia Civil pasando a denominarse "Cuartel Eritaña".


Ruta Este
Puente de los Remedios
Se localiza entre el Puente de San Telmo y el Puente de las Delicias, cruzando el río desde el Paseo de las Delicias, a la altura de la Glorieta de los Marineros Voluntarios, hasta alcanzar la otra orilla en la Glorieta de las Cigarreras, prolongándose por la calle Virgen de Luján, uniendo así el centro de la ciudad con la parte sur del barrio de los Remedios.

Obra del arquitecto Fernández Casado, se trata de un puente viga.

El vano del puente se sostiene por cuatro filas de pilas, donde tres de estas 4 filas son de ocho pilares (una sobre la orilla sur y dos sobre la orilla norte), mientras que la otra fila consta de seis pilares dispuestos en medio del río. En cuanto a su funcionalidad, con una anchura total de 29 m, el puente facilita seis carriles abiertos a la circulación (tres en cada sentido), un carril central de servicio, y dos aceras para peatones.

A finales de los años 50 y en los años 60, Sevilla sufrió un importante crecimiento de población, lo que hizo que a su vez el tamaño de la ciudad también creciera de tal modo que surgió la necesidad de crear nuevas vías de entrada a la misma. De este modo, en 1956 se comenzaría a estudiar el proyecto de este puente para que doce años más tarde, en 1968, se terminara por concluir la obra.

En un principio se llamó Puente del Generalísimo, en honor al General y dictador Francisco Franco, pero tras llegar la democracia a España, y con la posterior aprobación de la ley de la memoria histórica en el año 2000 el puente sería bautizado con su actual nombre de Puente de Los Remedios.


Muelle de Nueva York
El Ayuntamiento de Sevilla y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir firmaron en noviembre de 2003 un convenio para la realización de actuaciones conjuntas dentro del Plan de Restauración Hidrológico Forestal y de Protección de Cauces, que ahora se amplía con la inclusión en este proyecto de la rehabilitación del Muelle de Nueva York.

Las obras en el Muelle de Nueva York requieren una inversión total es de 7.705.916,89 euros. La intervención del futuro paseo fluvial del Guadalquivir en el antiguo Muelle de Nueva York supone la transformación de un espacio industrial cesante dentro de un nuevo paisaje urbano de la ciudad, como jardín fluvial de conexión entre el Paseo Marqués de Contadero y el Muelle de las Delicias.

En este lugar existió una grúa construida por la empresa Fairbairn, que fue adquirida por la Junta de Obras del Puerto de Sevilla, alrededor de 1875. Fue en esa época la grúa más potente de España, se montó en el muelle de Triana y en 1904 se trasladó al muelle de Nueva York del Puerto de Sevilla, donde ha permanecido hasta el año 2005. Actualmente está situada en una zona fuera de servicio como objeto de museo del patrimonio histórico del puerto.

Su potencia era de 40 toneladas y disponía de cinco marchas. Su peso de 60 toneladas. Dos hombres la hacia maniobrar en un radio de acción de 9,50 metros. Su giro, accionado desde el conocido rabo lo hacia un solo operario. La patente de esta grúa se remonta a 1850 por las fábricas de Fairbairn, radicadas en Mánchester (Inglaterra), quien patenta también la remachadora con la que se construye el puente tubular y desempeña un importante papel en la 2ª Revolución Industrial en Inglaterra. Según consta en la Memoria de la Junta del Puerto de Sevilla (1874-1875). La grúa del Muelle de Nueva York es una demanda que la Compañía de Ferrocarriles de Córdoba, los navieros de Sevilla y los señores de Portilla y White, dueños de una gran fábrica de fundición, demandan a la Junta de Obras del Puerto. Fijada la potencia a tenor de las calderas empleadas en los vapores de la época se encarga su construcción a la acreditada fábrica Fairbairn y Compañía de Mánchester. La adquisición de la grúa en fábrica costó 45.486,25 pesetas. Su importe más los gastos de aduana, fletes, cimentación, montaje, etc. representó una cantidad de 106.053.94 pesetas.



Ruta Oeste
Pabellón de Portugal
El primero de los Pabellones que nos encontramos a la entrada de la Exposición es el de Portugal con sus techos inspirados en los edificios de Macao. Diseñado por Carlos y Guillermo Rebello de Andrade, el Pabellón es de estilo neo barroco inspirado en el estilo Juan V.

En Octubre se organizo una exposición de arte antiguo con obras cedidas por el Museo Nacional de Lisboa, entre ellas la Adoración de San Vicente de Nuño Gonsalves, que según el director de la Real Academia de Bellas artes de San Fernando, significaba para Portugal lo que a España sacar al exterior la sala completa de Velázquez del Prado.

El edificio forma parte de un conjunto más ambicioso llevado a cabo por Portugal para la ocasión, a la que dedicó el mayor presupuesto en la Muestra, construyendo 3.250 m2 de exposición sobre una parcela de 4.614 m2. Además de este pabellón el conjunto contaba con otras cuatro edificaciones anexas dedicadas a exposiciones culturales, exposiciones comerciales, salón de actos y a los vinos de Oporto.

La exposición se cerró el 31 de Enero de 1930 con una conferencia del director del museo Nacional Lisboeta. Además se entregaba un folleto con diferentes imágenes del Pabellón. El Pabellón tenia un teatro para 250 personas donde se proyectaban imágenes.

Desde la clausura de la Exposición, en el año 1930, el edificio es ocupado por la sede del Consulado de Portugal en Sevilla, se ubica en el Prado de San Sebastián, frente a la Glorieta del Cid y en el extremo de los Jardines del Prado de San Sebastián.


Monumento al Cid
La representación de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, y su caballo Babieca. Para muchos de los sevillanos es simplemente El Caballo, ese gran punto de referencia de la ciudad.

Rodrigo fue un heroico guerrero de Sancho II y hombre de confianza de Alfonso VI. Entre sus acciones destaca la conquista de Valencia en el siglo XI, según la leyenda, después de muerto.


Fue obra de la escultora Anna Hyatt Vaugh, más conocida como Anna Huntington tras su boda. Fue colocada para la Exposición Iberoamericana de 1929 de Sevilla en la avenida que lleva su nombre, la Avenida del Cid.

Posteriormente, en el pedestal fueron grabadas inscripciones. En un lateral, unas palabras sobre la estancia del Cid en Sevilla, en el otro, unas palabras de Ben Bassam.

En el frontal, una cartela muestra que es una ofrenda de The Hispanic Society of America.

Situado en la zona central de la avenida y rodeado de jardinería, no se suele acceder junto a él. Si se hace, se puede contemplar que allí también hay una pequeña fuente, que actualmente está inactiva.


Quinta de Goya (Bar Citroën)
Este pabellón que, como según reza en la propaganda del mismo: “Artístico pabellón en el que se rememora la vida intima y la obra pictórica del famoso pintor D. Francisco de Goya” es el resultado del proyecto de un grupo de amigos que se constituyeron como Sociedad Quinta de Goya, y que se definirían como “grupo de amigos del arte pictórico” que reconstruyeron la llamada “Quinta del Sordo” en menor dimensión, rememorando en su interior la vida del este insigne artista, precursor del impresionismo.

El Comité Ejecutivo del Certamen, asignó una parcela de forma rectangular de 400 m2, muy próximo a la entrada principal del recinto. Este sitio tan preeminente se justifica según la documentación oficial, por ser “un templo del arte”.

En noviembre de 1928 se iniciaron las obras para la construcción de la reproducción a escala de la desaparecida mansión madrileña de Goya en la margen derecha del río Manzanares, donde hoy día se erige un monumento al conocido pintor de Fuendetodos. Dentro de los actos de apertura de la Exposición Ibero Americana, se encuadró la inauguración de este pabellón por SS.MM. los Reyes D. Alfonso XIII y Dña. Victoria Eugenia el 14 de mayo de 1929.

El proyecto del edificio corrió a cargo de Julio Riudadat, bajo la dirección del arquitecto Manuel Muñoz, importando un total de 200.000 ptas.

Los contenidos que se mostraban en el pabellón, se realizaban mediante figuras a tamaño natural, queriendo representar una escena real del ambiente que rodeó a la vida del artista.

Según parece el actual Bar Citroën tuvo su origen en un pequeño quiosco de bebidas, como otros muchos que se encontraban repartidos por todo el recinto de la Exposición, en el mismo lugar que ocupa dicho establecimiento, y que una vez clausurada ésta mantuvo su actividad, además D. Mariano Terry, tuvo aparcado en la puerta del mismo, un coche de la marca Citroen, que sirvió en ese momento como concesionario oficial de la firma francesa, haciéndose en el interior del bar las distintas transacciones.



Ruta Suroeste
Parque de María Luisa
Antes de ser el "parque de Sevilla" eran unos terrenos que formaban parte de los jardines del Palacio de San Telmo, naranjales y huertas cercanas pertenecientes a los Montpensier.

Fue donado a la ciudad en 1893 por la Infanta María Luisa Fernanda de Borbón, Duquesa de Montpensier. El ayuntamiento en agradecimiento lo bautizó con su nombre. Hasta 1911 no se incorpora al patrimonio urbano. En este año el Comité Ejecutivo de la Exposición Iberoamericana encarga al famoso jardinero y paisajista francés Jean Claude Forestier la remodelación del parque para adaptarlo al certamen internacional. Las obras ocuparon los años de 1912 a 1922, pero desde 1914 estaba abierto al público.

En 1849 los duques de Montpensier, adquirieron el Palacio de San Telmo, hoy sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía. Entre las diversas obras que acometieron en él, encargaron al jardinero francés Lecolant la ejecución de un gran jardín acorde con la majestuosidad del edificio que habían convertido en su residencia. Con objeto de disponer de   suficiente superficie compraron terrenos colindantes como la Huerta del Naranjal y aquéllos sobre los que se asentó el antiguo convento de san Diego. Lecolant diseñó un gran   jardín que acorde con la moda del momento seguía los dictados del paisajismo a la inglesa, incluyendo pinceladas de pintoresquismo que en ocasiones aludían a estilos propios de   otras latitudes, como la jardinería oriental, y en otras supusieron la ubicación de restos arqueológicos propiedad de los duques. No obstante el diseño incluyó también algunas   composiciones dentro de la ortodoxia del formalismo francés al que lógicamente Lecolant no era ajeno. 

En mayo de 1893 una gran parte de ese jardín fue cedido por la duquesa viuda: la Infanta María Luisa de Borbón a la ciudad. Con anterioridad el Ayuntamiento le había   pedido permiso para poder trazar una calle que por esta zona hiciera posible la conexión con el río de la parte situada más allá del antiguo convento de San Diego, con lo que   surge el Paseo de María Luisa. Desde ese momento todo este gran jardín que quedaba al sur de esta nueva vía que llegaba hasta el paseo de Bella flor ¿donde surgían los jardines  de las Delicias- iba a ser un parque para la ciudad, que ésta agradecida llamaría de María Luisa. 



Plaza de España
En la actualidad se ubican Oficinas municipales, monumento turístico y capitanía general de la Región Militar Sur. La Plaza de España de Sevilla constituye un conjunto arquitectónico encuadrado en el Parque de María Luisa, configura uno de los espacios más espectaculares de la arquitectura regionalista.

La Plaza de España constituyó el proyecto más emblemático de la Exposición Iberoamericana del año 1929, fue proyectada por el arquitecto sevillano Aníbal González, que también era arquitecto director del evento expositivo, fue ayudado por un buen conjunto de colaboradores, entre los que se encontraban el ingeniero José Luis de Casso y el arquitecto Aurelio Gómez Millán.

Las obras de construcción comenzaron en el año 1914, resultando el proyecto más ambicioso y costoso de la Exposición, llegando a trabajar en su construcción mil hombres al mismo tiempo, puede resultar asombroso, cómo una ciudad en situación económica difícil en esos años, se embarcó en un proyecto de semejante magnitud.

Algunos aspectos del proyecto suscitaron algunos rechazos, la Academia de Bellas Artes se opuso a la altura prevista de las dos torres que podían rivalizar con la Giralda y Forestier, diseñador del Parque de María Luisa rechazaba la construcción de la ría que rodea la plaza, para una ciudad con gran escasez de agua como Sevilla.

En 1926, tras la dimisión de Aníbal González de su cargo de director de la Exposición, asume la finalización del proyecto el arquitecto Vicente Traver, que terminó los cerramientos del recinto y añadió la fuente del centro de la Plaza.

La plaza es de grandes dimensiones (200 metros de diámetro), tiene una forma semielíptica, que simboliza el abrazo de España y sus antiguas colonias y mira hacia el río Guadalquivir como camino a seguir hacia América. Su superficie total es de 50.000 metros cuadrados, de los que 19.000 están edificados y los 31.000 restantes son espacio libre, está bordeada por un canal que recorre 515 metros y es atravesado por cuatro puentes.

Los edificios que envuelven la plaza se estructuran en un edificio central, alas con edificaciones intermedias que compensan una excesiva longitud y torres en los extremos. Esta planta responde de forma muy cercana al esquema formal del tipo de villa palladiana con alas curvas, como la Villa Badoer de Fratta Polesine o Villa Trissino en Meledo, mostradas por el arquitecto italiano Andrea Palladio en sus Cuatro libros de la arquitectura, que Aníbal González conocía. La construcción está realizada con ladrillo visto y amplia decoración de cerámica, artesonados, hierro forjado y repujado y mármol labrado, que dan al conjunto un ambiente renacentista, según los escritos de Aníbal González su inspiración para diseñar la plaza había sido el Renacimiento español, modernizándolo.

Las dos torres que flanquean la plaza que proporcionan un ambiente de estilo barroco miden 74 metros de altura, y crearon disgusto entre los académicos por rivalizar en altura con la Giralda.

La fuente central, obra de Vicente Traver, el canal que contiene es cruzado por 4 puentes que representan los 4 antiguos reinos de España. En las paredes de la plaza se encuentra una serie bancos que delimitan el espacio de las cuarenta y ocho provincias españolas colocadas en orden alfabético, en los que se representan para cada una de las provincias, su escudo, el mapa y algunos hechos históricos destacados de la misma.

Otros detalles a destacar de la obra son sus múltiples relieves realizados todos por el escultor Pedro Navia, pudiéndose contemplar:

- Seis ventanas renacentistas, el escudo de Sevilla adornando la puerta de Navarra y Aragón, 24 águilas imperiales con el escudo de su majestad Carlos V y los 48 medallones con el busto de españoles ilustres sobre cada arco que comprende cada provincia.

- Los cuatro heraldos de tres metros de altura que flanquean las dos torres que encuadran el palacio situado en el paseo superior del recinto.

La plaza de España ha sido utilizada como escenario de algunas películas conocidas, entre ellas:

En la película Lawrence de Arabia, Star Wars, El dictador, etc. En los últimos años, la plaza de España ha sufrido un importante proceso de restauración que finalizó el pasado 17 de octubre de 2010.



Pabellón de Telefónica
El Pabellón para la Compañía Telefónica, es obra de Talvera y Heredia. Concebido en la madurez historicista del genial arquitecto (1925), mezcla múltiples elementos de la arquitectura andaluza. La extraña mezcla la forma un estilo neomúdejar primordial acompañado por pinceladas neobarrocas.

Del primer estilo ambas torres de cúpulas doradas, vanos pequeños y rectangulares asemejando quizás los pequeños vanos de los mirantes árabes y que aun guarda la Giralda, estos pequeños vanos contribuyen a dar verticalidad a las torres.

El Neobarroco por otro lado aparece representado en la portada, cuasi copia de la del convento de Santa Paula donde llega incluso a reproducir la bicromía de la portada. Los brazos curvos que surgen a partir de la portada recuerdan a la vecina Plaza de España, incluso la arquería, en ladrillo visto bícromo que en este caso se inspira en los claustros mudéjares de Monasterios como el de San Isidoro del Campo recuerda a la Plaza Vecina.

El magnifico uso del ladrillo, la forja y el azulejo complementan la decoración de esta obra cumbre del historicismo sevillano. Y es que la forja usada ha sido una de los ornamentos que más fama han dado a este pabellón. El Pabellón se recuperó por la fundación Forja XXI en el año 2000, tras años de abandono.



Pabellón de la Prensa
No se trataba de un pabellón de exposición propiamente dicho, sino de una central de prensa de donde surgían noticias sobre la exposición iberoamericana. Se trató de un proyecto realizado de manera improvisada, no planeado en el proyecto de Aníbal González.

El pabellón se encargo al director de las obras de la exposición Vicente Traver el 20 de Julio de 1928, contó con la inestimable ayuda de Granados de la Vega. En 6 meses el pabellón se levantó, finalizándose en enero de 1929. El pabellón se abre a la plaza del tiempo (hoy Glorieta de Covadonga).

Se trata de un diseño limpio, aunque muy andaluz, inspirado en la arquitectura rural, con un soportal al que antecede un pórtico de cinco arcos de medio punto, incluye otros elementos andaluces como un mirador. A pesar de su sencillez encontramos elementos decorativos prefabricados como molduras que imitan un artesonado barroco o forja neorrenacentista. El pabellón fue transformado en los años cuarenta como grupo escolar.



Pabellón Domecq
Uno de los pocos dedicado a la industria de la Exposición de 1929 que se mantiene en pie. Los Pabellones de industrias, aportaron a la Exposición un toque vanguardista, así podemos verlo en el desaparecido pabellón de Uralita por ejemplo.

Este Pabellón que nos ocupa hoy se encuentra en el interior del Parque de María Luisa lindando con la Avenida de la Borbolla, acompañado en la plaza cercana por las no menos vistosas alegorías de la glorieta de Covadonga de Manuel Delgado Brackembury, plaza que sin embargo ya no guarda la magia del 29, debido quizás a que se ha convertido en un aparcamiento indiscriminado, pero eso es otra historia. Adentrándonos en el parque, y tras pasar la Casa de la Prensa (Actual Colegio España) y las citadas alegorías, llegamos al Pabellón Domecq, muy similar al pabellón Real, pero de menores dimensiones.

Domecq aprovecho el evento para promocionar su vino la Raza, creado en 1892 con motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América. Obra de Aurelio Gómez Millán, de marcado carácter regionalista, realizado en ladrillo visto, se inserta en el parque, como si fuera la casa-retiro de cualquier Palacio Europeo (Algo así debió ser el Costurero de la Reina en su tiempo).

Aurelio Gómez Millán, cuñado de Aníbal González, y que además realizo otra obra para otra importante bodega como era Osborne, hoy desaparecida. Actualmente es sede de las Juventudes musicales, tras haber sido durante años sede de Instituto Meteorológico.


Pabellón Real
El Pabellón Real, se concibió para la exposición iberoamericana de 1929 como una obra de arte, lo mejor que el arte sevillano de la época podría ofrecer a la Familia Real. El Gótico Isabelino sirve a Aníbal González de inspiración, crestería, pináculos, puerta con arco aplastado, son algunas de las características de este estilo. Por ello, tradicionalmente se ha hablado del Pabellón Real como una reinterpretación de la Capilla Real de Granada.

El Pabellón Real se configura como un lienzo donde los principales artistas sevillanos de principio del Siglo XX dejan su pincelada: Aníbal González como arquitecto; José Roldán y Francisco Reyes como tallistas de ladrillo; Gustavo Bacarisas, Manuel García Montalván o el Marques de Benajemí como ceramistas y pintores; y los escultores Antonio Bidón y Manuel de la Cuesta para las piezas cerámicas que adornan el exterior. Todo se concentraba en la gran sala isabelina, octógono donde se encontraban los cuatro cuadros adosados a la misma, siguiendo una planta de cruz Griega. A través de las salas laterales se accedía sendos balcones, donde el ladrillo tallado era el protagonista, columnas en espiral, con capiteles y basas de cerámica. Fueron necesarios cinco años, de 1911 a 1916 para su construcción.

Durante la exposición hubo seis salas, el ellas se mostraban objetos pertenecientes a los reales sitios. Entre ellas podemos citar piezas de la Real Armería, de las Reales Caballerizas, muebles, marfiles o tapices. El Pabellón se reutilizo como sala de exposiciones hasta la época franquista.

Ha sufrido desastrosas modificaciones, a raíz de la adecuación en los años setenta como oficina municipal, pasando de un lugar para el arte, a un lugar burocrático, entre las modificaciones nos encontramos, la eliminación de los balcones, que mediante un cierre metálico cumplen la función de despachos, la colocación de sistemas de aire acondicionado, han destrozado celosías, sin su posterior recuperación e incluso se han perdido alguna basa de las columnas usadas en los balcones, siendo sustituidas por ladrillos apilados. Esperemos que el proyecto de Museo Thyssen de pintura romántica que se proyecta le devuelva a este espacio esa función con la que fue concebida.



Museo Arqueológico Provincial
El Pabellón de Bellas Artes fue proyectado en 1910 dentro del primer proyecto para la exposición iberoamericana, cumplió la función de Museo de Bellas Artes hasta los años 40 y durante la exposición de 1929 fue el Pabellón principal de la Exhibición de Arte contando con grandes obras traídas generalmente de España y más concreto de Andalucía.

Diseñado por Aníbal González y bautizado como Palacio del Renacimiento, fue el edificio mas caro de la Plaza de América duplicando el presupuesto del Pabellón Mudéjar. El Estilo Neorenacentista esta claramente marcado tanto en su fachada como en sus interiores. En el exterior, nada más entrar nos encontramos con una inmensa puerta de dos pisos de altura como si de una gran catedral gótica se tratase. En el exterior encontramos también múltiples elementos decorativos, sobre todo estatuas, frisos decorativos. En los laterales, se encuentra uno de los elementos más desconocidos y a la vez mas bellos del exterior del pabellón , sus balconeras, de estilo renacentista clásico, sus esquinas son adornadas con escudos acompañados de Dragones. El Pabellón es una muestra del eclecticismo de Aníbal González, obsesionado por renovar la arquitectura Sevillana, reinventando los estilos anteriores.

El Interior esta dispuesto en 3 plantas. Actualmente la planta sótano sirve como exposición de prehistoria, la baja como exposición Romana hasta la época Árabe, y el planta superior alberga distintas dependencias del museo arqueológico. Sin duda la sala más impresionante es la sala oval, situada tras la entrada principal y adornada en mármol, alberga una de las mejores colecciones de escultura clásica extraída en suelo español.

El Pabellón de Bellas Artes, es sin duda uno de los edificios mas impresionantes de siglo XX en Sevilla, además de se un museo en si mismo con múltiples esculturas, artesonado, mármoles, etc., a lo largo de todo el edificio, y por supuesto una de las mejores mezclas del eclecticismo en Sevilla, eso si alejado de lo neomudéjar y el ladrillo que tan característica hacen a la obra de Aníbal González.



Museo de Artes y Costumbres Populares
Está en el Parque de María Luisa y a su vez dentro de la Plaza de América. El edificio que lo alberga es el Pabellón Mudéjar que construyó Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, cuando se le conocía como Pabellón de Arte Antiguo.

Hace las veces de museo desde el 4 de marzo de 1973, fecha en que abre sus puertas al público.

En la primera planta y en la planta semisótano se encuentra el Museo, en la segunda planta se encuentra la Biblioteca.

Además dispone de una Sala de Audiovisuales, una Sala de Conferencias, Megafonía, Taller de restauración, Laboratorio y Archivo de fotografía.


Perímetro
Avda. de la Borbolla, Avda. Carlos V, Plaza Juan de Austria, Calle San Fernando, Avda. de Roma, Paseo de las Delicias, Glorieta de Marineros Voluntarios, Avda. de Molini, Glorieta de México, Avda. de Eritaña, Glorieta de San Diego.

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